Fundación y Colonización de Mérida, Venezuela
Labor
colonizadora de Juan Rodríguez Suarez
El capitán Juan Rodríguez
Suárez fue el fundador de Mérida, el 9 de octubre de 1558. Nació
en Mérida de Extremadura en España y dio el nombre de Santiago de Los Caballeros de Mérida a
nuestra ciudad en honor a la tierra que lo vio nacer. Pero Juan Rodríguez
Suárez no estaba autorizado por la corona española para poblar y repartir
tierras. Era un oficial de la ciudad de Pamplona, en la antigua Nueva Granada y
estaba a cargo de unos 60 hombres que tenían como misión explorar las montañas
del Sierra Nevada para buscar oro y someter a los indios en el camino cuando
así lo requiriesen las circunstancias.
Rodríguez Suárez, a sabiendas de no poseer
la Real Cédula que lo autorizara para la fundación, se enamoró de la tierra
enclavada en una meseta ligeramente inclinada de norte a sur y limitada por
tres ríos: el Mucujún al norte, Albarregas al oeste y Chama por el este. Todo
esto le valió al intrépido capitán arresto y juicio en Bogotá por usurpación de
prerrogativa real; fue declarado culpable y sentenciado a ser atado a la cola
de su caballo y arrastrado a través de las calles hasta su muerte, para luego ser
descuartizado y sus restos esparcidos sin derecho a sepultura.
Juan Rodríguez Suárez con la
ayuda del Arzobispo de Bogotá y otros amigos logró huir y sortear tan brutal
sentencia. Se trasladó a la provincia de Venezuela, concretamente a Trujillo,
allí el Maese de Campo Don Diego de Paredes lo defendió y oculto. De esta
manera el capitán fundador de la Ciudad de Los Caballeros de Mérida se
convirtió así en el primer exiliado político en América.
Fundaciones
de Mérida
Fundada el 9 de octubre de 1558, por el
Capitán Juan Rodríguez Suárez, nacido en Mérida de Extremadura en España, dio
el nombre de Santiago de Los Caballeros de Mérida a la ciudad en honor a la
tierra que lo vio nacer.
Juan Rodríguez Suárez no estaba autorizado
por la corona española para poblar y repartir tierras. Era un oficial de la
ciudad de Pamplona, que tenían como misión explorar las montañas del Sierra
Nevada para buscar oro y someter a los indios en el camino cuando así lo
requiriesen las circunstancias. Debido a la fundación de Mérida estuvo prófugo
durante algún tiempo.
Mérida tuvo varios nombres: Mérida en
Tierra de Jamuen, Ranchería de las Sierras Nevadas, San Juan de las Nieves y
Santiago de los Caballeros de Mérida. Al establecerse el régimen republicano en
1.831, Conservó el nombre de Mérida.
Hoy día existen 3 Mérida en el mundo
relacionadas en su ordenamiento: Mérida Extremadura, España; Mérida de Yucatán,
México y Mérida de Venezuela.
Durante la colonia el
crecimiento de la ciudad era lento, los traslados a América eran posibles sólo
con la autorización del Rey de España por lo cual la inmigración era casi
imposible. A principios del siglo XVII la
población de la ciudad alcanzaba cerca de 3.300 aborígenes y unas 150 familias
de origen español, cifra que para mitad del siglo XVIII,
en el año 1763 aumentaría
a más de 2.000 ciudadanos de origen español y otros miles más aborígenes.
En 1628 los padres jesuitas abren un
colegio en la ciudad, el mismo funciona excelentemente por casi un siglo y
medio hasta que los Jesuitas son expulsados de América en 1767 por orden del
rey de España, Carlos III.
En 1778 la ciudad fue
elevada a sede Episcopal por el Papa Pío VI ante
la petición que hiciera el monarca de España. Se nombra a Fray Juan Ramos de Lora como Obispo de la nueva
Diócesis, el nuevo Obispo llega a la ciudad en 1785 procedente de México, luego
de ver los problemas que presenta la región, decide crear, sin permiso real,
el Seminario de
San Buenaventura el 29 de marzo de 1785 a fin de dar
educación eclesiástica y de legua latina a los jóvenes de la ciudad. El
Seminario sería más tarde, la base de la Universidad de los Andes.
La historia de la ciudad ha estado muy
ligada a la historia de la Universidad de Los Andes (ULA)
y su desarrollo ha sido fundamental para la misma hasta tal punto que Mariano Picón Salas llegará a decir
que "Mérida es una
universidad con una ciudad por dentro", durante comienzos de siglo
en el año 1912,
luego de ser cerrada la Universidad Central de Venezuela por
el gobierno del Dictador Juan Vicente Gómez la ciudad de Mérida
queda como la única en el país en disponer de acceso a la educación superior,
situación que se extendería hasta el año 1922 cuando la UCV es reabierta.
Relación colonizador-aborigen y Grupos sociales
En
tiempos Pre-Hispánicos el territorio que hoy conforma el Estado Mérida estuvo
habitado por diversos grupos indígenas, algunos habitaban en las regiones altas
y frías del estado y otros en las regiones bajas y cálidas. Uno de estos grupos
indígenas fueron los Timoto-Cuicas, pertenecientes a la cultura Pre-Hispánica
Incaica, la más avanzada dentro de las Culturas Pre-Hispánicas Venezolanas.
También estaban los Torondoyes, los Timotes, Mucurubaes y Escagueyes que
ocupaban las regiones altas y frías del norte de Mérida; así como los
Bailadores, Chinatos, Mocoties y Jirajaras que ocupaban la zona del sur. Actualmente
muchos pueblos de Mérida deben su nombre a estos grupos indígenas.
Se
dedicaban a tejer, a la elaboración de objetos de cerámica, y a la
agricultura. Realizaban sus cultivos en “Terrazas”, que consiste en la
construcción en terreno inclinado de planicies escalonadas, para evitar la
erosión y el agotamiento del suelo. Esta es una técnica que se practica aún en
nuestros días. Según los historiadores, los conquistadores españoles
denominaron a esta técnica de cultivo “Andenes”, lo cual dio origen al nombre
de nuestra región: Los Andes.
El
estilo de vida de cada uno de estos grupos indígenas se diferenciaba,
especialmente por el tipo de viviendas que construían, así como en su
vestimenta. Los indígenas de las regiones altas y frías necesitaban mayor
abrigo contra el clima templado, así que sus viviendas eran hechas a base de
piedras con paredes altas para conservar el calor interno. Por otra parte los
indígenas de las regiones cálidas del sur hacían sus viviendas de bahareque,
una mezcla de barro y paja, por lo que sus hogares eran más frescos en el
interior.
Juan
Rodríguez Suárez no estaba autorizado por la corona española para poblar y
repartir tierras. Era un oficial de la ciudad de Pamplona, que tenían como
misión explorar las montañas del Sierra Nevada para buscar oro y someter a los
indios en el camino cuando así lo requiriesen las circunstancias. Debido a la
fundación de Mérida estuvo prófugo durante algún tiempo.
Según
estudios recientes de arqueología, historia y antropología, la región andina
parece haber sido habitada desde épocas muy remotas (tal vez varios millares de
años) por grupos desconocidos que han dejado muy pocas huellas. Luego, alrededor
de nuestra era, llega a la región otro grupo étnico de gran importancia cultural
tal vez de origen Chibcha, ya que comparten con estos su mitología, patrones
funerarios y de asentamiento, construcción de viviendas, técnicas agrícolas,
etc. Cuando los españoles llegan a la Cordillera Andina será con este segundo
grupo con los cuales entrarán en contacto. Se supone que la mayoría de los
campesinos actuales son descendientes de este grupo de tronco Chibcha. Otra
influencia posterior y significativa para la cultura prehispánica andina son
los grupos Arawak, pertenecientes a las etnias más importantes de Sudamérica y
del Caribe, las cuales emigraron hacia los Andes venezolanos durante el siglo
IX d.C. Por último, poco antes de la llegada de los españoles, tenemos una
tardía penetración de grupos Caribes a la región andina. A partir de los datos
de los cronistas y los testimonios arqueológicos, hoy sabemos que las técnicas
agrícolas indígenas como los sistemas de riego (llamados acequias por los
españoles) y el cultivo en terrazas o andenes (usados en todos los Andes
suramericanos para aprovechar al máximo las laderas de las montañas) muestran
para la época del contacto la existencia de una infraestructura económica que
supone la presencia de una numerosa población autóctona en la Cordillera
Andina, así como la existencia de una organización política jerárquica y una
red de comunicaciones en toda la zona (Ramos 1990; Puig 1996:67). Los españoles
se servirán de esta base poblacional indígena para el desarrollo de la sociedad
que intentaban implantar en América. Precisamente la región de los Andes
venezolanos será una zona importante de encomiendas y pueblos de doctrina.
Gracias a ello, en la toponimia actual de los Andes Venezolanos se han
conservado los nombres de los numerosos grupos indígenas que habitaron esta
región: Chama, Mocotíes, Mucuchíes, Mucutuy, Aricagua, entre otros.
Importancia económica y política de la Mérida Colonial
Durante
la colonia el crecimiento de la ciudad era lento, los traslados a América eran
posibles sólo con la autorización del Rey de España por lo cual la inmigración
era casi imposible. A principios del siglo XVII la población de la ciudad
alcanzaba cerca de 3.300 aborígenes y unas 150 familias de origen español,
cifra que para mitad del siglo XVIII, en el año 1763 aumentaría a más de 2.000
ciudadanos de origen español y otros miles más aborígenes.
En 1628
los padres jesuitas abren un colegio en la ciudad, el mismo funciona
excelentemente por casi un siglo y medio hasta que los Jesuitas son expulsados
de América en 1767 por orden del rey de España, Carlos III.
En 1778
la ciudad fue elevada a sede Episcopal por el Papa Pío VI ante la petición que
hiciera el monarca de España. Se nombra a Fray Juan Ramos de Lora como Obispo
de la nueva Diócesis, el nuevo Obispo llega a la ciudad en 1785 procedente de
México, luego de ver los problemas que presenta la región, decide crear, sin
permiso real, el Seminario de San Buenaventura el 29 de marzo de 1785 a fin de
dar educación eclesiástica y de legua latina a los jóvenes de la ciudad. El
Seminario sería más tarde, la base de la Universidad de los Andes.
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